miércoles, 4 de julio de 2007

Mira su nombre tatuado / con un agente de la SGAE

Que sepáis que tatuarse amores de madre, corazones de Jesús y crucecitas célticas puede empezar a devengar derechos de autor. Según este artículo de David Ros Aguilera, abogado de patentes y marcas, cierta interpretación de la Ley de Propiedad Intelectual podría considerarlos una obra colectiva.

Me muero de ganas de leer la noticia de que los agentes de la SGAE empiezan a irrumpir en las tiendas de tatuadores, exigiéndole la liquidación de derechos de autor a los tatuados, que para eso ponen su melanina y serían considerados los autores de la obra. En cuanto a CEDRO y la VEGAP, seguro que también intentarían sacar tajada.

Como el artículo es larguísimo, no lo reproduzco en su integridad, pero no puedo evitar reproducir el primer párrafo:



Cabe que el que tatúa lo haga por la iniciativa del tatuado y su supervisión, siendo la persona tatuada la que con su posterior exhibición del tatuaje lo está editando y divulgando, de tal modo, podría considerarse una obra colectiva cuyo autor es el tatuado, y, por lo tanto, salvo pacto en contrario, quien dispone de los derechos de explotación.
El resto del artículo, aquí.
Hablando de lo cual, aprovecho para recomendaros un libro: El hombre ilustrado, de Ray Bradbury. Igual habéis visto la película, pero el libro es mejor, y mucho más visual.

(Gracias a Cristina, por pasarme la información.)

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