lunes, 18 de mayo de 2009

Primavera con una esquina rota: Mario Benedetti (1920-2009)

Vaya añito llevamos. Ahora le toca a Mario Benedetti. Noticia robada de El País, pero da igual: es noticia de portada en todos los periódicos, y mensaje de estado en casi todas las cuentas de Facebook.
Descanse en paz.

OBITUARIO

Adiós al poeta del compromiso

Muere Mario Benedetti después de una larga vida de lucha contra la adversidad y en defensa de la alegría

JUAN CRUZ - Madrid - 17/05/2009

rió Mario Benedetti. El poeta resistente, que vivió el exilio y la enfermedad (un asma pertinaz, obsesiva) le fueron rompiendo, pero él se mantuvo siempre "en defensa de la alegría". Finalmente, una agonía causada por un fallo intestinal, que hizo deprimentes sus últimos días, le rompieron del todo, y murió ayer a los 88 años, en su tierra, Montevideo. Nació en Paso de los Toros, pero esta urbe que parece un microcosmos literario fue el lugar al que volvió siempre, de todos los exilios. Era al final (y esta expresión la acuñó él) un desexiliado. Pero su alma sufrió las heridas de todos los exilios.

Su muerte se produjo semanas después de su última hospitalización por fallos multiorgánicos que al final le cegaron el humor y la vida; pero había empezado a morir mucho antes; hace tres años falleció su mujer, Luz, con la que vivió toda la vida, en la libertad y en el destierro; él creyó siempre que la enfermedad de Luz, que se olvidaba de apagar las luces de la casa, en Madrid, era una simple distracción, e incluso le compró artilugios con los que dominar las consecuencias de su sordera. El poeta del compromiso, del amor y de la alegría, sintió luego que, en efecto, esas ausencias eran debidas a un alzheimer que inundó la casa de desolación y de huida.

Se fue con ella, de nuevo, a Montevideo, y allí la cuidó hasta que finalmente le dejó del todo. Y le dejó malherido. Benedetti tuvo algunos momentos de alegría después, como cuando Hortensia Campanella, su biógrafa última, le entregó el manuscrito en el que se condensa la vida entera del escritor que nos ha dejado. Él ironizó ante tanto papel, y delante de Ariel, su fiel ayudante, dijo: "¿Tanto he hecho?"

Pero su alma estaba herida; seguía escribiendo, poemas, haikus, animado por su editor de poemas, Chus Visor; tenía la casa llena de literatura; en un tiempo él fue política, enteramente, sus poemas estaban al servicio de la rabia que le produjeron las dictaduras del sur, la suya, la uruguaya, que le persiguió a muerte, y la argentina, que fue cómplice de aquella y también quiso matarle. Mató a un amigo suyo, el líder político Zelmar Michelini, y esta muerte fue un símbolo de las muertes que hubo antes y después en la vida acosada de hombres como él. Luz fue su bastón. Y Palma y Cuba y Lima sus lugares de exilio; a los tres les guardó siempre gratitud; fue un gran defensor de la Cuba de Fidel, por eso mismo, pero jamás utilizó esa afinidad para discutir, en los últimos tiempos sobre todo, lo que en esa revolución que él quiso se fue torciendo.

Era un hombre cordial, enteramente, pero era un tímido absoluto. Los que le conocieron en España le recuerda, por ejemplo, en la Feria del Libro de Madrid, puntilloso, anotando con palotes los libros que firmaba; y le recuerdan rechazando el pescado con espinas y en general las tonterías; era un conversador tranquilo; llegaba a los sitios con su maletita marrón gastada, y dentro llevaba siempre poemas o cartas, en esos momentos en que cumplía compromisos parecía a la vez el escolar que fue y también el oficinista.

Su apariencia era la de un juez de paz, pero nunca hubo paz dentro de su alma, ni siquiera cuando se le vio feliz, con sus manos a la espalda, con su mirada desvaída por las lentillas, con su bigote largo e invariable a lo largo de una vida en la tantos se enamoraron al tiempo que recitaban sus poemas o escuchaban las canciones que hicieron con sus versos su paisano Daniel Viglietti y el catalán Joan Manuel Serrat. Con Viglietti tiene una anécdota que se parece a algunas de las que le convertían también en un escolar huidizo al que le asustaba la fama, al tiempo que le agradaba que algunos, ante sus recitales multitudinarios, le dijeran que parecía una estrella de rock.

Hubiera sido incapaz de cantar, pero un día se encontró con Viglietti en París, en un aeropuerto, y Daniel le dijo a Mario: "Estoy haciendo música para sus poemas". "Y yo estoy haciendo poemas". Entonces el poeta se quedó pensando, y añadió, riendo como reía, como para no molestar: "Tenemos que hacer algo con esta casualidad". De esa casualidad nacieron conciertos, libros; eran como dos en la carretera; cuando vimos a Viglietti en Montevideo, en el entierro de Idea Vilariño, a mediados de abril, la gran amiga generacional de Mario, el cantante nos dijo: "Y lo de Mario. Estamos tan mal, y vamos aún a lo peor".

Se apaga la voz de su compañero, pero quedan la voz de las canciones.

Montevideo fue su último sitio, y fue casi el primero. Su largo recorrido por la vida conoció una interrupción terrible, cuando los médicos le detectaron tumores que aconsejaron operación, en el Hospital XII de Octubre de Madrid. Allí le atendió, entre otros, el doctor José Toledo, que le conocía, y todo el mundo se desvivió por él como si no fuera tan solo un enfermo sino un padre, o un hermano, el hombre que había iluminado con sus versos (de amor, de política, de tierra, de aire) la vida de cualquiera. Un día, poseído por el dramatismo al que a veces lo llevó su pesimismo, el que también está en sus poemas, y en sus narraciones, Mario decidió abandonarse.

Como hubiera dicho Idea, que le precedió en la muerte, empezó a decir para qué. Detrás de esa decisión de no seguir hay algunos versos, como estos: "Me he ido quedando sin mis escogidos/ los me dieron vida/aliento/paso/ de soledad con su llamita tenue/ y el olfato para reconocer/ cuánta poesía era de madera/ y crecía en nosotros sin saberlo/ Me he quedado sin proust y sin vallejo/ sin quiroga ni onetti ni pessoa/ ni pavese ni walsh ni paco urondo/ sin eliseo diego sin alberti/ sin felisberto hernández sin neruda/ se fueron despacito en fila india".

En ese clima de desolación en el que lo pusieron la enfermedad y su porvenir Mario descuidó su aspecto, dejó de afeitarse, y alguien le dijo, una madrugada: "Así no puedes estar. Tú eres guapo, un hombre así parece enfermo. Ya no lo estás". Le bastó. Al día siguiente se rasuró del todo, se puso de limpio, y cuando este amigo le visitó otra vez y se hizo el distraído sobre su nuevo aspecto, el viejo poeta revivido le llamó la atención y le dijo:

-¿No te has fijado que hoy sí me afeité?

Era un hombre insobornable, el más comprometido de su tiempo. Su muerte deja en silencio mustio su época, su ejemplo y la raíz de sus versos. Pero los muchos que le cantan no lo dejarán, como él decía del verdadero amor, en lo oscuro.


lunes, 20 de abril de 2009

Las venas abiertas de América Latina


Tuve la suerte de que el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid fuera un nido de marxistas y librepensadores, porque nos enseñaron a pensar y nos inculcaron el gusto por los libros de y sobre historia. Ir a la Cuesta de Moyano durante mis años de estudiante equivalía a comprar a partes iguales libros de ciencia ficción y de historia. En fin, la historia se convirtió para mí en una forma de vida y en una afición.
Uno de los libros más destacados, de los que realmente me marcaron, fue Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano.
Y, por uno de esos milagros que tiene el márketing político, el libro de Galeano ha saltado al segundo puesto en la lista de libros más vendidos en Amazon.com. El motivo ha sido el siguiente: Hugo Chávez se lo ha regalado a Barack Obama en la reciente Cumbre de las Américas. Con que la décima parte de los compradores se lo lean, tendremos una generación de estadounidenses concienciados del nocivo país que sus políticas imperialistas le han causado a sus vecinos del sur; pero también tendremos una generación de latinoamericanos conscientes de cuáles son las raíces internas y externas de todos sus males. En resumen, tendremos decenas de miles de lectores un poco más inteligentes y conscientes de cómo funciona el mundo. Y todo ello, gracias a un libro apasionado y apasionante, que se devora y nos hace pensar.
Si Chávez se lo ha recomendado a Obama ¿cómo no vamos a recomendároslo a vosotros?

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Chávez le regaló a Obama "Las venas abiertas de América Latina"

11:16 | Mundo | El libro de Eduardo Galeano trata del saqueo de los recursos naturales que sufrió el subcontinente latinoamericano.
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Momento esperado. Obama y Chávez se dieron la mano.
PUERTO ESPAÑA, 18 abril (AFP-NA)- El presidente venezolano Hugo Chávez regaló el hoy a su par estadounidense Barack Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina", del uruguayo Eduardo Galeano, durante una reunión entre el dirigente norteamericano y los líderes de la Unasur en Puerto España.

Según informaron a la AFP fuentes de la presidencia venezolana, Chávez, cuyo apretón de manos con Obama de la víspera ha dado la vuelta al mundo, obsequió una edición en inglés de este ensayo sobre el saqueo de los recursos naturales que sufrió el subcontinente latinoamericano desde el siglo XV hasta finales del siglo XX.

Este libro sigue siendo una referencia para cualquiera que se interese en América Latina y es citado a menudo por Chávez.

Según fuentes de la presidencia venezolana, los dos mandatarios volvieron a estrecharse la mano este sábado al encontrarse en esta reunión en la que estaban presentes todos los gobernantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), incluido el ecuatoriano Rafael Correa, que llegó a Trinidad durante la madrugada del sábado.

"Obama dijo que estaba muy contento de estar en Puerto España y de celebrar este encuentro", aseguraron estas fuentes.

El viernes por la noche, Obama ya se reunió con los dirigentes de los países del Caribe y el domingo lo hará con los líderes centroamericanos.

Esta cita continental puede servir para entablar un diálogo sobre nuevas bases entre América Latina y Estados Unidos, según los participantes.

miércoles, 1 de abril de 2009

Jubilaciones

Existen muchas buenas editoriales, y algunos buenos editores. Sin embargo, apenas hay editores coherentes e imprescindibles que han marcado una época y, sobre todo, han prefigurado los gustos y (punto al que quería llegar) la manera de pensar y concebir la vida de los lectores. Somos muchos quienes entenderíamos el hecho literario de otro modo si no hubieran existido Jorge Herralde, Beatriz de Moura o Esther Tusquets, y desde luego me considero mejor persona gracias a la lectura en un momento clave de mi vida de los títulos de la Minotauro que dirigiera Francisco Porrúa.
Hablo de ficción, pero también podría referirme a ensayos. Tuve la suerte de estudiar historia en una buena universidad, la Autónoma de Madrid, en el que tal vez no invertí cinco años en tareas productivas como encontrar un empleo provechoso y lucrativo (irónicamente es ahora, quince años después de terminarla, cuando me gano la vida gracias a aquella carrera, corrigiendo sobre todo libros de historia y economía) pero en la que nos hicieron algo casi milagroso: nos enseñaron a pensar. Soy quien soy gracias a las novelas de ciencia ficción que leía en aquella época (de Minotauro, como decía más arriba) y a los ensayos de historia que devoraba a medida que nos los recomendaban o mencionaban en clase. Tuve la suerte de formar parte de un plan de estudios, una época y un departamento en los que no se primaban los apuntes ni la asistencia a clase sino el aprovechamiento, y casi se puede decir que me saqué la carrera sin recurrir a los apuntes más que lo necesario; en su lugar, me leía casi toda la bibliografía recomendada. Y en departamento como el de Historia Contemporánea de la UAM, eso es tanto como afirmar que me leí de arriba abajo el fondo editorial de Crítica y Ariel. Es decir, que soy quien soy, y mejor persona por tanto, gracias al director de Crítica, Gonzalo Pontón.
Francisco Porrúa y Gonzalo Pontón me han hecho como soy.
Y ambos se han jubilado después de que Planeta adquiriera sus respectivas editoriales. Porrúa, hace unos años, y por iniciativa propia. Pontón, al parecer, de manera unilateral, por iniciativa de Planeta. Al menos, eso es lo que se desprende de la siguiente noticia, que extraigo de la edición de hoy de El País. Me he tomado la libertad de escribir bien los nombres de los autores editados por Crítica. Manías de corrector, cabreo de lector.
Sea como sea, muchas gracias, señor Pontón, por todo lo que ha hecho para formar varias generaciones de lectores inquietos, informados, documentados, rigurosos y, sobre todo, mejores personas. Tal como está el sector, todos lo vamos a echar de menos.

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Planeta jubila al creador de la editorial Crítica, Gonzalo Pontón

CARLES GELI - Barcelona - 01/04/2009

El editor Gonzalo Pontón (Barcelona, 1944), fundador en 1976 de la editorial Crítica, uno de los sellos más emblemáticos de historia y ensayo desde la Transición, recogía ayer por la noche los papeles de su despacho después de que el grupo Planeta, accionista mayoritario de Crítica, le comunicara su salida de la empresa por jubilación.

Amén de consejero delegado de Crítica, Pontón ejercía desde enero de 2008 la misma función en Enlaces Editoriales (distribuidora surgida de la división de la mítica Enlace y que reparte los libros de los sellos más exquisitos de Planeta y de su participada Grup 62), donde poseía el 50% de las acciones. Según fuentes del sector, las diferencias de Pontón con algunos de los socios, entre los que está Anagrama, habrían acelerado la decisión.

Hombre de carácter y sólidos conocimientos, Pontón se inició en el sector en 1964 en Ariel, de la que acabó siendo director editorial (1973-1975). Un año después, y gracias al apoyo de otro editor histórico, Juan Grijalbo, fundó Crítica. Con los años, publicaría en este sello a Pierre Vilar, Stephen Hawking, John Kenneth Galbraith y Antony Beevor.

Dentro de Grijalbo llegó a director de publicaciones y, entre 1994 y 1998, fue consejero delegado de Grijalbo-Mondadori tras la entrada de la firma italiana. A los cinco meses de marcharse por "profundas discrepancias en la forma de llevar el grupo", recompró Crítica con la ayuda del Grupo Planeta, a la que vendió el 70%.

lunes, 30 de marzo de 2009

De quién hablamos cuando hablamos de Raymond Carver

Vivimos tiempos en los que las garantías para la autoría de los textos alcanzan cotas nunca vistas. Ciertas editoriales llegan a extremos antes impensables de rigor en el proceso de edición. Lo hacen más que nada para evitar posibles denuncias por parte de los autores, en el supuesto de que algún corrector con exceso de celo decida poner comas de más o no respetar algunas variantes idiolectales del autor. Con ello se garantiza lo que nunca debió dejar de ser el meollo del negocio editorial: componer y publicar el texto que escribió el autor... si bien es cierto que con todos los filtros que impone el proceso de edición. Con una corrección ortotipográfica y de estilo que asegure que el texto cumple las exigencias de calidad y excelencia de la editorial. Pero sin dejar de ser el texto que escribió el autor.
Como digo, muchas veces el autor se choca con tres figuras que pueden proporcionarle quebraderos de cabeza y efectuar ligeras modificaciones que hacen que una cosa sea el manuscrito que llegó a la editorial y otra bien diferente sea el libro que sale finalmente publicado. Hablo del editor, el traductor (si la obra es traducida) y el corrector. De los dos últimos no hay mucho que contar (o sí, pero no en esta entrada). Del primero, todo lo que se quiera. Un editor puede intervenir muchísimo, algo, poco o nada, dependiendo de en qué estado se encuentre el manuscrito o de cuán permisivo sea. Y esta intervención no es ni buena ni mala. Puede ser muy valiosa, en el sentido de orientar al autor que mantiene un punto de vista no del todo acertado, o también puede hacerle perder sus señas de identidad.
El asunto a retener es el siguiente: un editor puede conseguir que una obra ya publicada no tenga nada que ver con el manuscrito que llegó a la editorial. Esto, que es perfectamente legal y perfectamente ético, puede redundar en beneficio o en perjuicio de la obra. O puede hacer inútil esa disquisición, y plantearnos otra: puede potenciar o anular el estilo del autor. Algunas editoriales intervienen hasta tal punto en el proceso de edición del libro que terminan produciendo una obra muy diferente de la original.
Pueden hacérselo a un escritor casi anónimo, y nadie se enterará. Pero ¿qué sucede cuando un editor mutila o manipula de manera sistemática el estilo de un autor reconocido? ¿Estamos leyendo realmente a ese autor?
Y, más aún, ¿qué sucede cuando ese autor es uno de los dos o tres cuentistas más influyentes del siglo XX?
En efecto, la polémica en torno al intervencionismo de Gordon Lish, editor de Raymond Carver en la revista Squire, viene de viejo. Siempre se había sabido que Lish tendía a simplificar el estilo de Carver, a acortarle las frases y pulir mucho la redacción (y, en ese sentido, no consigo imaginarme un relato de Carver prolijo o barroco). La duda estribaba en saber hasta qué punto llegaban las intervenciones de Lish. Ahora lo podemos saber, ya que han aparecido los textos originales de Raymond Carver que Lish modificó. Anagrama los publicará en breve. Y, al parecer, los cambios son de órdago. No sólo se limitan a simplificar el lenguaje y acortar las frases, sino que alcanzan a la estructura misma del relato. Lish llegó a cambiarle finales a Raymond Carver.
¿En qué lugar deja esto la obra de Raymond Carver tal y como la conocemos? ¿Es realmente uno de los dos o tres mejores escritores de relatos del siglo XX, o era un mindundi cuyo mayor mérito fue tener un editor excesivamente riguroso? O, por el contrario, ¿descubriremos que las excelencias de Carver iban mucho más allá de lo que creíamos?
Por lo que a mí respecta, me conformo con que no me cambien el final de uno de mis cuentos favoritos de todos los tiempos: "Mecánica popular". A estas alturas, enterarme de que en realidad tenía final feliz...
He extraído la información de este artículo aparecido en la edición de hoy de La Vanguardia.

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Anagrama publicará los textos restaurados de Raymond Carver sin los cortes de Gordon Lish

El editor de Carver creó el minimalismo, desoyendo las súplicas del autor | Los textos originales contienen estilos y finales distintos de los que fueron publicados

Qué sucedería si en un olvidado desván napolitano se descubrieran las copias originales de las obras maestras de un pintor, por ejemplo Caravaggio, y se desvelara una pintura original luminosa y clara? ¿Que su famoso claroscuro, la técnica por la que es reconocido, se debiera a la mano de un desconocido tratante de cuadros, que retocó, corrigió, añadió y manipuló a su antojo la obra? Algo similar ha ocurrido con los primeros relatos de Raymond Carver, inventor de una nueva manera de narrar, breve, fría, abrupta, cruel, a veces brutal, sin una sola palabra de más y con tantas palabras de menos que sus frases tienen el impacto de un puñetazo emocional en la conciencia de sus lectores. Sólo que no fue él, sino Gordon Lish, conocido como Captain Fiction,un veterano conocedor de todos los trucos del mundo editorial, quien inventó el estilo que hizo furor en los años ochenta y cambió la manera de escribir de una generación.




Se sabía que el minimalismo se conseguía gracias a la receta de "cortar, cortar y cortar aún más", según contaba Fernanda Pivano en sus crónicas americanas para Il Corriere della Sera. En los medios literarios neoyorquinos circulaba como un secreto a voces la severa edición a la que habían sido sometidos los primeros textos de Carver, pero hasta que los publicó el The New Yorker no se ha visto su verdadero alcance. Ahora acaban de salir en Einaudi y Jorge Herralde anuncia su publicación para el año 2010, con traducción de Jesús Zulaika.

A finales de los años setenta, Carver acababa de separarse de Maryann Burk y estaba superando su alcoholismo. Gordon Lish, el editor de Knopf, recibió una colección de 17 relatos de Carver, titulados The beginners (Los principiantes).Los leyó con el mismo entusiasmo con el que en seguida se entregó a una poda drástica y contundente. No sólo suprimió entre 4.000 y 5.000 palabras y en según qué cuentos, prescindió de una tercera parte del texto, sino que también cambió nombres, atajó caminos narrativos y añadió, de su puño y letra, frases enteras. El libro pasó a llamarse De qué hablamos cuando hablamos del amor y Carver fue entronizado como un maestro de la narrativa norteamericana, con su descripción glacial del mal y sus personajes comunes, amenazados siempre por un peligro que irrumpe de forma inesperada.

Los editores anglosajones tienen como hábito asumido la edición de los textos de sus autores. Pero a diferencia de la apasionada, bellísima, defensa con la que Malcom Lowry logró que su editor respetara la integridad de su texto de Bajo el volcán,la correspondencia entre Raymond Carver y Gordon Lish - conservada en la Universidad de Indiana, como todos los manuscritos corregidos-es angustiosa. Carver no se atreve a contradecir a Lish, le halaga, le jura agradecimiento eterno, pero también le suplica, invoca graves peligros para su salud, incluso le advierte que puede volver al alcohol... Todo para conseguir que Lish respete sus relatos y detenga el libro. No lo hace, y el éxito es fulminante.

Años más tarde, cuando Carver entregó los relatos de Catedral, ya se sentía más fuerte y se vio capaz de imponer su voluntad a Lish. Acabaron rompiendo.

El escritor, que se había definido como "un cuerpo pegado a un cigarrillo", murió de cáncer de pulmón en 1998. Aquel año preparaba una nueva colección de relatos. Era su obra póstuma y quiso recuperar tres de los relatos originales íntegros. En cambio, incluyó también cuatro historias según la versión corregida por Lish. De hecho, tras la aparición de De qué hablamos cuando hablamos del amor,Carver se hizo más prolijo, algo que no pasó inadvertido a la crítica, aunque también adoptó algunas de las enseñanzas de Gordon Lish.

Tras la muerte de Carver, su viuda, Tess Gallagher, quiso recuperar los textos originales. Knopf se negó: los relatos tenían que ser publicados sólo en el formato en que aparecieron. Tess Gallagher contrató al agente Andrew Wylie y este negoció un acuerdo con Library of America, una editorial sin afán de lucro. The New Yorker publicó toda la historia y distintas editoriales europeas se prestaron a publicar The beginners tal como los escribió Carver.

La noticia del caso ha generado un amplio debate en Norteamérica y Europa sobre si la invención del minimalismo fue o no una fabricación de laboratorio editorial. Hay quien prefiere la edición de Lish. Uno de los ejemplos más llamativos es Dile a las mujeres que nos vamos,uno de los cuentos que Robert Altman adaptó para su filme Shortcuts. Una reunión familiar, de amigos normales, un domingo cualquiera, en torno a un típico almuerzo de domingo. Después de comer, los dos amigos de infancia, Bill y Jerry, dejan sus familias y dan una vuelta en coche. Ven a dos chicas que van en bicicleta y tontean con ellas. Las siguen. Bill se detiene para fumar un cigarrillo.

Y acaba el cuento. Apenas unas cuatro líneas: "No entendió nunca lo que quería Jerry. Pero todo empezó y terminó con una piedra. Jerry usó la misma piedra con las dos muchachas, primero sobre la que se llamaba Sharon y luego sobre la que debería ser de Bill". Laconismo letal, mortífero, glacial, técnicamente perfecto. ¿Cómo era la versión original? Ni más ni menos que seis folios más. Carver daba a Jerry un pasado violento y en la escena final detallaba cómo se acercaba a las chicas, las perseguía, violaba a una de ellas, se iba, regresaba por la otra y describía cómo la asesinaba cruelmente. La mayoría de lectores prefiere la versión lacónica, pero también hay defensores - Baricco-del Carver compasivo con el dolor, sentimental, que sabe ver el revés del mal y pone humanidad a seres que viven en la devastación moral.

"No acepto amputaciones"

El 8 de julio de 1980, Carver escribe a Lish una carta suplicándole que detenga la producción del libro De qué hablamos cuando hablamos del amor con los cambios del editor. "Sé que no tendría que haber firmado el contrato sin haber leído antes los cuentos elegidos y haberte advertido por anticipado de mis temores". ¿Cómo explicar a sus amigos, Richard Ford o Tobias Wolff, que habían leído sus

Los editores anglosajones tienen como hábito asumido la edición de los textos de sus autores. Pero a diferencia de la apasionada, bellísima, defensa con la que Malcom Lowry logró que su editor respetara la integridad de su texto de

Años más tarde, cuando Carver entregó los relatos de

El escritor, que se había definido como "un cuerpo pegado a un cigarrillo", murió de cáncer de pulmón en 1998. Aquel año preparaba una nueva colección de relatos. Era su obra póstuma y quiso recuperar tres de los relatos originales íntegros. En cambio, incluyó también cuatro historias según la versión corregida por Lish. De hecho, tras la aparición de

Tras la muerte de Carver, su viuda, Tess Gallagher, quiso recuperar los textos originales. Knopf se negó: los relatos tenían que ser publicados sólo en el formato en que aparecieron. Tess Gallagher contrató al agente Andrew Wylie y este negoció un acuerdo con Library of America, una editorial sin afán de lucro.

relatos en The New Yorker,los cambios introducidos en la versión del libro? Carver valoraba que el estilo es lo que diferencia a un autor de otro, y aquel estilo no era el suyo, era el de Lish.

El 11 de agosto de 1982. le dice a Lish que ha escrito los cuentos de Catedral como "si mi vida fuera en ello" y que no son los que el lector espera de él, pero le advierte: "No puedo aceptar amputaciones".

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"¿A esto llamas amor...?"

VERSIÓN OFICIAL

L. D. se puso la bolsa bajo el brazo y cogió la maleta.

- Sólo quiero decir una cosa más - empezó.

Pero le resultó imposible imaginar cuál podía ser aquella cosa.

VERSIÓN ORIGINAL

L. D. se acomodó otra vez la bolsa de afeitar bajo el brazo y volvió a coger la maleta.

- Sólo quiero decir una cosa más, Maxine. Escúchame. Recuerda esto: te quiero. Te quiero pase lo que pase. También te quiero a ti, Bea. Os quiero a las dos. Permaneció quieto junto a la puerta y sintió que sus labios empezaban a temblar al intuir que quizá era la última vez que las veía.

- Adiós - dijo.

- ¿A esto llamas amor, L. D.? - dijo Maxine. Soltó la mano de Bea. Alzó el puño. Sacudió con fastidio la cabeza y hundió las manos en los bolsillos del abrigo. Le miró fijamente y después deslizó su mirada hasta algún punto en el suelo, junto a los zapatos de él.

Sintió un escalofrío al darse cuenta de que a partir de ahora la iba a recordar siempre así, como en esta noche. Era horrible pensar que el resto de su vida ella sería para él aquella mujer indescifrable, una figura muda con un largo abrigo, de pie en medio de una habitación iluminada, con los ojos bajos.

- ¡Maxine! - gritó-.¡Maxine!

- ¿A esto llamas amor, L. D.? - dijo ella, clavando sus ojos en los de él. Sus ojos eran terribles y profundos, y él mantuvo su mirada todo el tiempo que pudo.

jueves, 19 de marzo de 2009

¿Se hunde el sector?

Lo lógico sería suponer que sí, dado que en tiempos de crisis lo más fácil es prescindir del consumo de ocio y de los bienes no imprescindibles. Hay alternativas (legales e ilegales) a gastarse según cuánto dinero por un libro e, insisto, cuando la economía va mal, una de las primeras cosas de las que se prescinde es la cultura.
Aun así, llama la atención el que se haya producido tanto o más que en años anteriores. Buena parte de la culpa es de las editoriales grandes, que producen (literalmente) por producir, para mantener las imprentas en continuo funcionamiento (y no es una metáfora). También lo es de las editoriales formadas por advenedizos, que lo mismo podrían vender libros que ladrillos (bueno, eso no: la demanda va fatal). No sé hasta qué punto habría que culpar a distribuidores y libreros, pero seguro que tendrían mucho que opinar al respecto. Y, por supuesto, la legislación vigente tampoco se escaparía del mea culpa colectivo. ¿Hasta dónde deben llegar las subvenciones? ¿Nadie plantea penalizar el despilfarro de papel (con un 35 por 100 de devoluciones a almacén, la cosa es como para sacar el tema a colación, digo yo)?
Sea como sea, la cosa pinta mal, muy mal.
Noticia extraída de la edición de hoy de Público.


La burbuja editorial ya no aguanta más

El aumento de la edición de libros esconde una crisis profunda, con librerías desbordadas por las novedades, almacenes llenos de títulos devueltos y un coste cada vez mayor de distribución. El sector pide unión para normalizar la cadena


Los almacenes de las editoriales recibieron cerca del 35% de devoluciones en 2008. - EDU BAYER
PAULA CORROTO - MADRID - 19/03/2009 08:00

Los almacenes de las distribuidoras y las editoriales rebosan libros, aunque muy pocos llegan a las manos del lector. Según los últimos datos oficiales de la Federación de Gremios de Editores de España, las librerías devolvieron en 2007 un 28,5% de las novedades que se pusieron en el mercado. Una cifra que no para de crecer desde 2004. Según la otra parte importante de la cadena del negocio editorial, los distribuidores, en 2008 no se mejorará: el porcentaje devoluciones oscilará entre el 32% y el 35%.

Estos números chocan con los publicados el pasado lunes por el Instituto Nacional de Estadística sobre la producción editorial del último año que hablan triunfalmente de un aumento del 19,8% de títulos editados en 2008 con respecto a 2007.

La interpretación de todos estos datos contradictorios es que llegan más libros a los puntos de venta, pero que se devuelven cada vez más, lo que acarrea un coste brutal para todo el sector editorial.

Algunas librerías comienzan a dar la voz de alarma: "Ya no podemos absorber 50 novedades a la semana", admite Aldo García, de la librería Antonio Machado de Madrid. Como apostilla el editor Pote Huerta, de Lengua de Trapo, "hay voces que dicen que el sector del libro está bien, pero no es así. Estas cifras indican que hay una hiperinflación del libro y esto está produciendo una pérdida de bastante dinero en las librerías".

Sin lógica ni sentido

El aumento de libros editados refleja una hiperinflación

Varias causan explican el desbordamiento que sufren los libreros. Por un lado, según reconoce el editor de Gadir, Javier Santillán, "buena parte de las grandes editoriales se han lanzado si ninguna lógica ni sentido común a colocar la mayor cantidad posible de libros para ver si hacen diana y consiguen un superventas. Es una locura". Esta psicosis explica también la disminución de la tirada media en 2008, con respecto a 2007, en un 4,9%. Las editoriales han caído en el peligroso juego de buscar un Stieg Larsson o una Stephanie Meyer.

En el otro lado de la balanza, están las ventas que, según Antonio María Ávila, de la Federación de Gremios de Editores de España, en 2008 bajaron un 2%. Y no hay una perspectiva demasiado halagüeña: "2009 no lo hemos empezado bien. Enero fue especialmente malo para las ventas y las exportaciones no nos han ido nada bien. Los datos de las devoluciones son preocupantes y se nota que la crisis está afectando".

Este cóctel explosivo mayor producción, menos ventas es el que para Michelle Chevalier, directora de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) resume la situación por la que están pasando las librerías: "Los servicios de novedades de las editoriales, para intentar vender más, han pasado de enviar 10 a enviar 20 libros a las librerías, pero no se dan cuenta que, por mucho que se empeñen, sólo se venden 10". El resto se devuelve y eso ya supone un gasto para la librería, la distribuidora y la editorial.

"Enero ha sido especialmente malo para las ventas y exportaciones"

El problema, y esto está incidiendo también en la crisis para el sector, es que el best-seller este año no está vendiendo como en épocas pasadas. "No hemos contado con ningún Harry Potter ni ningún Ruiz Zafón que levante las cifras de ventas totales. Además, como normalmente el lector de best-sellers es un lector ocasional e impulsivo, si este año cuenta con menos dinero, no se lo va a gastar en esto". Mucho menos si se tiene en cuenta que los españoles nos gastamos una media de 19 céntimos al día en libros, según los datos que maneja el Gremio de Editores.

Por supuesto, los grandes grupos manejan todos estos números y saben que el año no es bueno. No es casualidad que este año hayan aparecido o vayan a aparecer de cara a Sant Jordi y la próxima Feria del Libro de Madrid nuevos títulos de autores que tienen un mínimo de 10.000 lectores asegurados. Es el caso de Maruja Torres (último Premio Nadal), Manuel Rivas, Fernando Savater o Ian Gibson. Muchos de ellos no hace ni un año que publicaron su última obra y eso que son escritores que suelen espaciar mucho más la aparición de sus nuevos libros.

Desenlace fatal

Los sellos inundan las librerías de novedades que son devueltas

Entre las consecuencias de la hiperinflación de libros, destaca el enorme gasto que está suponiendo para los distribuidores. Tal y como reconoce el secretario técnico de la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE), José Manuel Anta, "las remuneraciones para el distribuidor se producen por libro vendido, no por libro repartido".

De ahí que, aunque se reparta más, no se gana más dinero. Al contrario: aumentan los gastos de almacenaje y transporte, "con el consiguiente daño para el medioambiente", apostilla Chevalier.

El incremento de los libros que acaban en los almacenes también supone un aumento del gasto del mantenimiento del sobrante. "Cuando aumentan las devoluciones, también lo hacen las infraestructuras para gestionar todas estas devoluciones y todo el stock. El tiempo que permanecen los libros en estas naves depende del editor, pero evidentemente ocupan un suelo que es bastante caro, sobre todo cuando están en las ciudades", explica Anta.

Los puntos de venta se han diversificado hacia los grandes hipermercados

Por su parte, las librerías tienen cada vez más difícil seleccionar los libros que quieren colocar en sus estantes, como reconoce Lola Larumbe, de la librería Rafael Alberti de Madrid. Además, la apuesta personal por determinados libros es imposible. Según Michelle Chevalier, de CEGAL, "hoy es muy difícil que ocurra lo que le pasó a La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, que si se convirtió en un éxito fue porque los libreros apostaron por él y le mantuvieron siete meses".

El resultado es que los libros cada vez son más invisibles. Entran en la librería y en 15 días son reemplazados por la nueva tanda de novedades, por lo que la ansiada búsqueda por encontrar la gallina de los huevos de oro es también cada vez más infructuosa.

La psicosis de las grandes editoriales ha llevado a una diversificación de los puntos de venta para intentar captar compradores por todas partes. No es de extrañar que cada vez se vean más libros en los grandes hipermercados tipo Carrefour. Los libreros tradicionales saben que su lector y el comprador de estos grandes centros no suelen coincidir, pero si a esta diversificación se le suma que la compra de los libros cada vez es menor, la preocupación es evidente.

"Hoy es muy difícil que haya un Ruiz Zafón porque no se le da tiempo"

De ahí que cada vez se cierren más acuerdos como el que firmaron ayer las 1.600 librerías representadas en CEGAL con las siete editoriales independientes que conforman Contexto para colocar al menos 10 de sus títulos en sus escaparates.

Pólizas de crédito

Una cuestión más peliaguda es la de los créditos. Muchas librerías, sobre todo las institucionales venden a las bibliotecas, ministerios, facultades se mantienen con pólizas de crédito debido al retraso en el pago de muchas de estas instituciones.

El problema se acrecienta "con la crisis actual, ya que los bancos no prestan como antes y eso está poniendo a muchos en dificultades", admite Chevalier. Con tantos obstáculos, no son pocas las que, como la emblemática Proleg de Barcelona, se están planteando el cierre.

¿Qué hacer ante este fallo multiorgánico que parece atenazar al lector? Para Pote Huerta, de Lengua de Trapo, "deberíamos reunirnos todos los sectores, libreros, editores y distribuidores, aparcar nuestras diferencias e intentar normalizar el suministro de libros". Es una propuesta.

El proceso que siguen los libros desde la editorial al almacén

¿Cómo salen los libros de las editoriales? En todas las editoriales existe un servicio de novedades que es el que envía una serie de títulos a los diferentes puntos de venta. Estos pueden ser librerías tradicionales, cadenas o bien hipermercados como Carrefour. Según los datos del INE, el año pasado se pusieron en el mercado 75.933 títulos, lo que significa un 19,8% más que en 2007. La tirada media fue de 2.960 ejemplares.

¿Qué hace el librero con los títulos? Una vez que los libros llegan al punto de venta, el librero decide cómo se colocan en los estantes, si decide devolver algunos porque no son acordes con su línea de librería y también si hace un nuevo pedido de un título porque confía en él o porque ha tenido éxito entre los lectores. Según Lola Larumbe, de la librería Rafael Alberti de Madrid, “los libreros también son presionados por las editoriales para realizar nuevos pedidos”.

¿Cuánta vida tiene un libro en la librería? No existe un plazo máximo ni mínimo, aunque los libreros constatan que cada vez es menor. Ante la avalancha de títulos (pueden llegar a recibir hasta 15.000 al año, según los datos de la librería Rafael Alberti), muchas veces no supera ni los 15 días. Después, se devuelve a la editorial.

¿Qué sucede con el libro que se devuelve? Cuando el libro llega al almacén, el editor decide si lo vuelve a sacar al mercado interior, si opta por el exterior o si lo destruye.


martes, 17 de marzo de 2009

Haruki Murakami en Barcelona

Pues eso: el gran Haruki Murakami hablará hoy en la biblioteca Jaume Fuster (Plaza de Lesseps), en el marco de los fastos conmemorativos del cuadragésimo aniversario de la editorial Tusquets. Servidor no podrá ir porque tiene curso en EdiTrain, pero si podéis, asistid.
Información extraida de la edición de hoy de La Vanguardia.

Murakami muestra su lado oscuro

El escritor japonés publica 'After dark', un hipnótico viaje a la madrugada


Xavi Ayén | Barcelona | 17/03/2009 | Actualizada a las 03:31h | Cultura

Primera hora de la tarde. En las terrazas de la Barceloneta, los turistas disfrutan del sol mientras acaban indolentemente sus paellas. Como parte del escenario de fondo, un japonés corre junto a la playa, con una camiseta azul que el sudor adhiere a su cuerpo. Nadie sospecha nada, pero se trata de Haruki Murakami (Kioto, 1949), el novelista posmoderno que ha subyugado a medio mundo y que pasa unos días en Barcelona para presentar su última obra, After dark cuatro o cinco horas seguidas-"hay que estar en forma", arguye este corredor de maratones "desde hace 27 años".

La vida en una madrugada. El lector español tiene acceso ya a siete obras de Murakami, entre ellas Crónica del pájaro que da cuerda al mundo o Tokio blues. En su nueva obra, After dark, volvemos a encontrar su universo, por momentos onírico y cercano al de David Lynch, donde las relaciones sentimentales de seres perdidos en un mundo inhóspito fluyen en una intensa atmósfera de desamparo. Aquí, en una sola madrugada (desde las 23.56 hasta las 6.52 h) sucede todo: Mari, una chica que lee sola en un café, se encuentra con Takanashi, un trombonista que ha conocido a su hermana, una bella modelo. Después, aparece Kaoru, la encargada de un hotel por horas que le pide que le traduzca las palabras de una prostituta china agredida por un cliente. Como Murakami, el trombonista es hijo único: "De niño pasaba mucho tiempo solo en casa - explica el autor-,y me ayudaron tres cosas: los gatos, los libros y la música". Esa música que aparece, como una banda sonora, en todos sus libros. After dark fue escrito "como un guión, primero un esquema y después añadí los diálogos. El narrador omnisciente lleva una cámara de vídeo, un experimento que me permití".

Criaturas del bosque. En su novela, hay un aparato de televisión que, como un espejo de ciencia ficción, conecta dos dimensiones de la realidad. Él confiesa: "Cuando escribo, abro una puerta semejante y me traslado a otro mundo, conecto con mi lado oscuro... pero luego vuelvo, porque soy un profesional. Es como un bosque, un lugar poblado de criaturas extrañas en el que uno penetra buscando algo especial, aun con el riesgo de perderse".

"Somos huevos". "El Sistema - prosigue-es un tema muy importante en mis libros. Japón es una sociedad muy cerrada, en la que si uno quiere ser un individuo lo tiene difícil. Tienes que pertenecer a un grupo, a una empresa, encerrarte en una oficina. Yo llevo 35 años fuera de todo eso, he luchado por ser independiente, por eso gusto a los jóvenes. El Sistema es un muro y la persona un huevo frágil que se estrella contra él. En los ochenta vine a Europa y fui a EE. UU. y me sorprendió que fuera tan fácil aquí ser un individuo".

Llueven peces. En esos bosques murakamianos hay "viejos que saben hablar con los gatos, peces que llueven del cielo... No sé, me pongo a escribir y surgen esas cosas. Pero también hay personajes realistas, gente que yo hubiera podido ser. Cuando escribí Kafka en la orilla, me recuerdo oyendo el viento como un niño de 15 años, siento que podría ser cualquier persona si lo intento".

Y, ahora, Orwell. Murakami habló de la nueva novela que acaba de finalizar, 1Q84, un guiño a Orwell que "es la más larga y ambiciosa de las que he escrito". En octubre, se publicará en España su ensayo De qué hablo cuando hablo de correr. Y se rueda el filme basado en Tokio blues, dirigido por Tran Anh Hung. ¿Y el Nobel? "Ese premio es para gente mayor, no me ofendan...".

miércoles, 11 de marzo de 2009

Por trece razones


Esta novedad promete ser escalofriante, ya que se trata del diario hablado de una adolescente que se quiere suicidar, y que explica los motivos. Se titula Por trece razones, el autor es Jay Asher y la edita Ámbar.
Recopilo la información de la página de El País.
Desde luego, la novela tiene buena pinta. Habrá que leerla, ¿no?
Comentarios sobre la novela en la página web de Ediciones Ámbar.

La historia de una joven suicida triunfa entre adolescentes de EE UU

La novela 'Por trece razones' se abre hueco en el mercado juvenil copado por vampiros y niños magos

Los adultos suelen recordar la adolescencia como una época de apasionante descubrimiento, vitalidad e incertidumbre. Por eso, las historias de adolescentes suicidadas poseen una singular cualidad turbadora. Es lo que sucede con la novela del estadounidense Jay Asher Por trece razones (Ediciones Ámbar) que, en un panorama dominado por los vampiros enamorados y los magos en plena pubertad, ha conseguido colarse, desde que fuera publicada en EE UU en 2007, en el olimpo de los best sellers para adolescentes con 158.000 copias vendidas. La próxima semana llegará al tercer puesto en la lista de ventas, según pronostica hoy The New York Times.

La novela, que acaba de aparecer en España, se construye sobre el testimonio de las dieciseisañera Hannah Baker, quien graba una serie de casetes explicando por qué cometerá su suicidio. Esas cintas son enviadas a su compañero de clase, Clay Jensen, en una caja de zapatos. "Clay descubrirá que son 13 las razones por las cuales Hannah ha decidido quitarse la vida, 13 caras de casete y que, por ello, son 13 las personas que deben escucharlas. Él es una de ellas", señala la sinopsis de la editorial. "Es un juego muy sencillo: primero las escuchas, luego las pasas" dice Hannah en la cara A de la primera cinta.

Los editores estadounidenses (Razorbill, sello juvenil que pertenece al grupo Penguin) han montado además una campaña de marketing centrada en Internet, caladero de lectores púberes. En el portal de vídeos YouTube.com, la actriz Olivia Thirlby (conocida por su papel de amiga de la protagonista en el filme Juno) da voz a Hannah en varios vídeos que muestran un radiocasete reproduciendo las razones para el suicidio.

En la misma página web, decenas de fans están elaborando traílers y cortometrajes inspirados en el libro. "Quizá algún día -pronto- Hollywood lo intente con mi libro. Hasta entonces estoy disfrutando con lo que están creando los lectores", cuenta Asher en su blog personal, que actualiza con regularidad y en el que desvela los entresijos de la gestación y el ascenso de su obra.

Además, la página web oficial del libro, www.thirteenreasonswhy.com, ofrece un mapa interactivo de la ciudad en la que se desarrolla la trama (supuestamente Arcadia, en California, donde nació Asher) y una zona para los comentarios de los lectores.

martes, 10 de marzo de 2009

Lenin Dadá


Lo que nos faltaba a los izquierdistas convencidos. Ya no quedan ídolos respetables. Ahora resulta que Vladímir Ílich Ulianov, nuestro Lenin de toda la vida, se dedicaba a vivir la noche suiza en vísperas de la Revolución Rusa, y además se inventó las vanguardias...
... Eeeeh... ¡Un momento! No, no es ninguna biografía, sino una novela. ¿O es un ensayo? ¿O ambas cosas? En realidad, lo venden como un ensayo. Pero ¿seguro que es un ensayo? Está claro que las fronteras entre realidad y ficción cada vez están más difuminadas, por lo que tal vez haya que leer el libro de Dominique Nogez para saber dónde comienza la ficción y dónde termina la realidad. Contádmelo si lo leéis antes que yo.
El caso es que el autor francés ha escrito un libro (Lenin Dadá, Ed. Península) que tiene muy buena pinta. Tal vez no invente nada que no escribiese Antonio Orejudo en su fascinante Fabulosas narraciones por historias (Ed. Tusquets), pero, como mínimo, tiene buena pinta. En este artículo de Público hablan del libro en cuestión. Yo ya lo tengo en la Pila.
La ficha del libro en la página web de Península, pinchando sobre este otro enlace.

Un Lenin bohemio, cachondo y bebedor

Dominique Noguez recoge en un ensayo, con mucha ficción y datos irrefutables, el encuentro entre el tutor de la revolución y el padre del dadaísmo, Tristan Tzara

¿Era Lenin un dadá?
ANDRÉS PÉREZ - París - 10/03/2009 08:56

Zurich, 1916. Lenin y su novia viven en un piso cochambroso de la calle Spiegelgasse, invadido todas las noches por el insoportable olor de una poderosa fábrica de salchichas típica de la Mitteleuropa. A unas decenas de metros, en la misma calle, el Cabaret Voltaire da a luz una de las vanguardias artísticas más rabiosas del siglo: el dadaísmo, que invade la madrugada de jolgorio, arte y orgía. El encuentro -impensable- no sólo se produjo, sino que fue uno de los revulsivos más poderosos, tanto del revolucionario ruso-mundial como del padre del dadaísmo, Tristan Tzara.

Esa es la alucinante tesis que defiende, como hipótesis dadaísta y absurda, el libro Lenin Dadá (Ediciones Península), del autor francés Dominique Noguez (Francia, 1942). Un libro sabrosamente arbitrario, que empuja hasta el extremo un sinfín de testimonios. Frases sueltas, fragmentos de diarios íntimos y conversaciones que, efectivamente, acreditan una tesis: Tristan Tzara y Vladimir Illich Ulianov no sólo se cruzaron, sino que fueron compinches, colaboraron y crearon juntos.

Picante y diletante

Noguez es un ensayista y novelista con 40 años de provocación a sus espaldas. En París recibe ahora en los locales de una pequeña y curiosa editorial, Le Dilettante, de esas que echan picante a lo mejor del Barrio Latino parisino, y que ha asumido la reimpresión y redifusión de la obra. Pero las raíces de Lenin Dadá, traducido y publicado ahora al español, vienen de más lejos. Fue publicado por primera vez en 1989, y nada menos que en la poderosa editorial francesa Robert Laffon.

Como esa salida editorial coincidió con el derrumbe del Muro de Berlín y del comunismo soviético, el libro de la hipótesis escandalosa causó un revuelo considerable, rompió la visión oficial de un Lenin austeramente obrero, y fue aclamado por la gran revista postmoderna, Actuel!.

Lenin gritó: "¡Da, da!", "Sí, sí" en ruso. Y nació el movimiento surreal

"Empecé a escribir el libro como una farsa, como una crítica-ficción, cuando la figura de Lenin era todopoderosa. Cuando salió el libro, el Muro había caído, y Lenin ya no era nada", explica Noguez con los ademanes del estudioso naïf, irreverente y dilentante que es. Tan diletante como enciclopédico.

El punto de partida de la coincidencia de fechas y de lugar entre el nacimiento del dadaísmo, en el Cabaret Voltaire, entre febrero y abril de 1916, y la presencia del revolucionario, es deshojado como una margarita por Dominique Noguez. Y acaba atestando la tesis de la interpenetración entre Tzara y Lenin, con un fuerte aparato de documentación y 299 notas y referencia bibliográficas sabias, perfectamente verificables y auténticas. Una precisión cuasicientífica.

"La primera etapa, probar que Lenin era un vividor, capaz de ir a los cabarets y de emborracharse, no me planteó ningún problema. Hay numerosos testimonios, sobre todo durante sus estancias en París", explica Noguez.

Entre tugurios

Efectivamente, al hilo de sus exilios por Europa antes del triunfo revolucionario en Rusia, el líder bolchevique devoto a la causa dejó rastro semisecreto por lo peorcito de los tugurios de Londres, Bruselas, Zurich y, sobre todo, París.

Lenin Dadá contiene incluso un testimonio delicioso de cómo el austero bolchevique llegó a beneficiarse de una estafa de un amigo y paisano. En las zonas de copas de République y de Place de Clichy, cambiaban las etiquetas de las botellas de champán, para poder beber los mejores caldos burbujeantes de multimillonario, pagando sólo el precio de un vino peleón malo.Pero aún quedaba lo más difícil. Si bien Lenin era bebedor, juerguista, tramposo y -como reza el testimonio de un pintor parisino- "muy alegre, muy bueno y, en el amor, muy cochino", capaz de "compartir mozas", eso no prueba que fuera dadaísta ni que entrara en el Cabaret Voltaire de Zurich para coinventar el dadaísmo.

El libro rompe sin concesiones la visión de un Lenin austero

Pero entonces entra en juego el talento de Noguez, que ya había cometido fechorías comparables con la vida de Arthur Rimbaud en una obra precedente. El autor rescata testimonios que prueban que Lenin, Radek y Zinoviev asomaron la nariz al cabaret vecino. Y luego asesta el golpe definitivo. El texto de un historiador prueba que Tristan Tzara reconoció "haber intercambiado" con el revolucionario. Y una monografía sobre el movimiento cita al pintor Marcel Janco para certificar que en el Cabaret Voltaire, "en la humareda espesa, en medio del ruido de las declamaciones o de una canción popular, hubo apariciones súbitas como la de la impresionante figura mongol de Lenin, rodeado por un grupo".

La mente del lector ya está poseída: en la humareda espesa de un cabaret de vanguardia de Zurich, donde se codean "pintores, estudiantes, revolucionarios, turistas, estafadores internacionales, psiquiatras, gente medio mundana, escultores y espías", se oculta Lenin. Normal que él se ocultara y no diera publicidad a sus juergas bohemias: las policías suiza y zarista tenían allí espías. Y además nuestro protagonista no podía permitirse que se conociera esa "propensión a la vida pequeñoburguesa" que tanto criticaba a los
mencheviques.

Lenin en su salsa

El crédulo lector ya está rendido ante la nueva imagen de un Lenin artista, humano y vanguardista. Noguez da la puntilla. Con el pseudónimo de Señor Dolganeff, Lenin fue organizador de varias veladas. En una de ellas, entusiasmado por su propia obra y bajo los efectos del alcohol, se puso a gritar: "¡Da, da!", es decir, "Sí, sí" en ruso. Sí a la vida, al arte y a la juerga. Había nacido el dadaísmo por boca del camarada. Todo ello perfectamente certificado en la estudiosa obra de Noguez.

"Lenin era un vividor, capaz de ir a los bares y emborracharse"

La última prueba de la paternidad leninista del dadaísmo la dio Avida Dollar, es decir, Salvador Dalí. En su cuadro Alucinación parcial, seis imágenes de Lenin sobre un piano, las cabezas de Lenin y las cerezas son otras tantas alusiones al Cabaret Voltaire y a la deliciosa fruta, que Tristan Tzara incluyó en un caligrama. Secretos que sólo conocía el genio de Cadaqués.Numerosos son los estragos causados por el libro Lenin-Dadá. La interpretación de Noguez fue tomada tan en serio, que llegó a ser incluida durante unos años en la presentación que el Centro Pompidou hacía del cuadro de Dalí. "Fernando Arrabal casi se enfadó cuando le dije que yo no me creía la tesis de mi propio libro", explica Noguez. "Porque resulta que él sí se la cree. Hasta se ha permitido, sin citarme, retomar esta tesis durante ciertas conferencias que ha dado en Rusia", añade.

Noguez, con su libro juguetón en el que no cree, casi se disculpa: "He hecho como ciertos investigadores deshonestos, tontos o delirantes para llevar al extremo una tesis. Una tesis que descansa sobre hechos, fechas y documentos absolutamente auténticos y de existencia verificable". Y concluye: "Trabajando sobre un libro-farsa en cuya tesis yo no creo, si logro contribuir al nacimiento de un leninismo-dadaísta, espero que sea como vacuna, y no como biblia".

Un manifiesto pasado de rosca

1 En el momento justo
Noguez concibió su ‘Lenin Dadá’ en el París de 1989. Una ciudad entonces dominada por cafés fríos de diseño duro e inhumano, donde imperaba la corriente artística del posmodernismo.

2 Escépticos y relativistas
El filósofo Jean-François Lyotard decreta el fin de todo “metarrelato”, es decir, el fin de los grandes discursos, las grandes teorías o la novela como afirmaciones de lo real.

3 Mucha parodia
Deconstrucción, pastiche e ironía al extremo. Se burlan de las referencias históricas clásicas y son la nueva biblia de la élite cultural de la capital.

4 El manifiesto
Una palabra sagrada: ‘décalé’, palabra intraducible que quiere decir a la vez ‘desfasado’, ‘despegado de la realidad’ y ‘pasado de rosca’. Todo debía ser ‘décalé’ y, efectivamente, ‘Lenin Dadá’ es la obra manifiesto de ese estilo. Imita a la perfección el estilo universitario y la escritura científica, al servicio de una tesis que parece inverosímil.

jueves, 5 de marzo de 2009

¿Un nuevo género: el folletín de zombis?


Gracias a ese autor y amigo multitareas que es Santiago Eximeno me entero de la existencia de este libro. El resumen de Amazon.com es desopilante:

Pride and Prejudice and Zombies: The Classic Regency Romance - Now with Ultraviolent Zombie Mayhem! (Paperback)

by Jane Austen (Author), Seth Grahame-Smith (Author)

Editorial Reviews

Product Description
"Pride and Prejudice and Zombies" features the original text of Jane Austen's beloved novel with all-new scenes of bone crunching zombie action.

About the Author
JANE AUSTEN is the author of Sense and Sensibility, Persuasion, Mansfield Park, and other masterpieces of English literature. SETH GRAHAME-SMITH is the author of How to Survive a Horror Movie and The Big Book of Porn. He lives in Los Angeles.

Product Details

  • Paperback: 320 pages
  • Publisher: Quirk Books (May 13, 2009)
  • Language: English

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Decididamente, quiero leerlo. Aunque presiento que la tentación más fácil hubiera sido hacer Cumbres borrascosas con zombis... Bueno..., bien mirado, el original podría leerse como una de zombis...




jueves, 3 de julio de 2008

¿Un nuevo género: la autoayuda criminal?

Miedo me da pensarlo, pero tenía que ocurrir: Paulo Coelho va a sacar su primera novela negra. Sólo espero que a sus compañeros de género no les dé por repetir la jugada. ¿Veremos por fin novelas del palo El asesino que vendió su Ferrari, Sopa de pollo para el alma de un difunto, El policía de la armadura oxidada o Tómate un whisky doble seco contigo mismo? No lo descarto.
Noticia pirateada de la lista Novelpol.

El brasileño Paulo Coelho publicará en agosto su primera novela negra

El libro tiene el mundo de la moda como telón de fondo y estará en las librerías brasileñas a partir del dos de agosto

El escritor Paulo Coelho, el autor brasileño más leído en el mundo, publicará en agosto próximo su primera novela negra, "O vencedor está só" (El vencedor está solo), informó la editorial brasileña Agir.

La novela policial que se desarrolla en Cannes (Francia) y tiene el mundo de la moda como telón de fondo estará en las librerías brasileñas a partir del 2 de agosto y tendrá una edición inicial de 200.000 ejemplares, dijo un portavoz de la editora brasileña.

24 horas de un día

Coelho, que tiene un contrato de exclusividad con la española Planeta, hizo una excepción para su primera novela de género negro y se la encomendó a Agir, explicó Marlene Martelotte, vocera de la editorial.

La nueva novela del famoso autor de "El diario de un mago" y "El alquimista" se desarrolla a lo largo de 24 horas de un día en el Festival de Cannes y tiene como eje cinco misteriosos asesinatos en serie que vinculan a personajes del mundo de la moda.

"La bruja de Portobello", lanzada por Planeta a finales de 2006, fue la última novela de este escritor que ha vendido a cerca de 75 millones de libros en todo el mundo, figura entre los más leídos en varios países del mundo y cuyas obras han sido traducidas a 62 idiomas en 150 países.

El Chacal acecha

Visto así, parece una de espionaje, pero nada más lejos de la realidad (¿o sí?). La cosa va de desembarcos de agentes literarios en el plácido panorama de las agencias españolas. La noticia no tiene ningún desperdicio. Gracias a Álex por pasármela.
El original, en este enlace.

El Chacal acecha a la edición en castellano

  1. El todopoderoso agente literario Andrew Wylie se queda con Bolaño y Muñoz Molina
ELENA HEVIA
BARCELONA
Hay dos tipos de agentes literarios, según Andrew Wylie, sin duda el más poderoso agente del planeta. Los comodones y los que salen a cazar a los autores de más interés. La última incursión del Chacal, así llamado por su hábitos predadores, le ha reportado la gestión de los derechos de dos autores de fuste: el fallecido Roberto Bolaño y el español Antonio Muñoz Molina.
Empieza a consolidarse así el viejo anhelo de Wylie de darle una buena dentellada al pastel de la literatura en castellano, de la que hasta el momento solo tenía --y no es poco-- a Jorge Luis Borges. Atrás quedan los intentos infructuosos del superagente estadounidense por hacerse un lugar bajo el sol en español: la OPA hostil que le lanzó sin éxito a Carme Balcells en el pasado y la oficina de su agencia que abrió... y cerró en Madrid hace algunos años con Eva Cruz y Ruth González Toledano.
Wylie, un tipo al que odia casi todo el mundo, menos sus autores, no pudo en el pasado con Balcells, pero ahora le ha arrebatado a Bolaño que, paradójicamente jamás quiso tener agente en vida.
Muñoz Molina, ahora bien conocido por la intelligentsia norteamericana tras su paso como director del Instituto Cervantes de Nueva York, también abandonó a su agente hasta el momento --Raquel de la Concha-- y, por lo que parece, se ha sacado la espinita --confesada por él en su momento-- de la sensación de "vejación" que tuvo hace cuatro años cuando tuvo que entrevistar a Philip Roth en una dependencia de la agencia de Wylie, "casi un cuarto trastero", y le confundieron "con un periodista de segunda categoría".
Buena prueba del interés del agente por un futuro desembarco en España es la representación de los derechos de una antología de autores españoles vivos traducidos al inglés que en estos momentos está realizando la editora Valerie Miles. "En Estados Unidos hay un interés creciente por el estudio del castellano y por consiguiente por la literatura en español --explica Miles-- y las acciones de Wylie son el reflejo de esta tendencia".
Pero ahí no acaban las últimas conquistas del Chacal. La más impresionante de todas afecta a la reciente adquisición de los derechos de otro insigne muerto, Vladimir Nabokov. El legado de Nabokov, defendido desde 1986 y hasta la fecha por Nikki Smith, ha sido noticia recientemente porque el hijo del escritor, Dimitri Nabokov, tomó la decisión el pasado mes de abril de publicar la novela póstuma e inacabada de su padre, contraviniendo los deseos de este.
Es muy probable que la obra, El original de Laura, acompañe en España a la Biblioteca Nabokov que Jorge Herralde publica en Anagrama, dadas las buenas relaciones de Wylie con el editor, ya que ambos comparten en armonía un buen puñado de autores.

martes, 20 de mayo de 2008

El origen de todo

He aquí el origen de la letra impresa tal y como la conocemos, lo que le da el nombre a la Galaxia Gutenberg a la que somos adictos y que nos da de comer (y beber, y beber).

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La mayor colección de Biblias de Gutenberg

El museo Morgan de Nueva York expone sus tres ejemplares del padre de la imprenta

Tres biblias impresas por Johannes Gutenberg en el siglo XV y un libro de plegarias de Claudia de Valois (creado en 1517 para su coronación como reina de Francia) protagonizan las dos nuevas exposiciones que abrieron hoy sus puertas en la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York. Tres biblias de Gutenberg es el título de la exposición que se podrá disfrutar en la Gran Manzana hasta el 28 de septiembre, mientras que el libro de plegarias de la reina francesa (1499-1524) forma parte de la exhibición permanente como nueva adquisición de la prestigiosa institución neoyorquina.

"Somos el único lugar del mundo que tiene tres de estas biblias al mismo tiempo", dijo hoy a Efe el comisario de la muestra, John Bidwell, mientras que el director del Museo Morgan, William Griswold, indicó que se sentían "muy afortunados por haber reunido esta colección sin igual del gran trabajo que hizo Gutenberg". Griswold explicó que cada una de ellas "tiene características que la hacen diferente de las demás, pero reunidas ofrecen una fascinante visión de los ambiciosos planes que Gutenberg tenía para su obra impresa". El herrero alemán Johannes Gutenberg (1398-1468) fue el inventor hacia 1450 de la imprenta en Europa, que desarrolló mediante la invención de la técnica de tipos metálicos móviles y con una composición de letra por letra y línea a línea, con la que páginaspodían ser impresas en papel y en pergamino (vellum).

Los expertos de la Morgan explicaron que en las tres copias, propiedad de la institución, se observan las diferentes técnicas utilizadas por el inventor y los artistas, que "al realizar un libro muy bello también iniciaron un nuevo capítulo en las historia de la comunicación visual". En ellas se pueden ver importantes diferencias del que fue el primer libro impreso en Europa occidental, así como las innovaciones en el arte del diseño gráfico de la época. Los bibliógrafos creen que Gutenberg y sus sucesores llegaron a imprimir en papel entre 120 y 135 copias de la Biblia y entre 40 y 45 en pergamino, pero de todas ellas sólo unas 50 han resistido el paso del tiempo y la mayoría en no muy buen estado.

"Cada una de las tres copias que hay aquí tiene una historia especial que contar sobre el diseño y la producción de este famoso libro", agregó Griswold. El comisario de la muestra subrayó que "estas biblias se imprimieron muchos años antes del descubrimiento de América y representan el libro más importante de Occidente".

De esas preciosas posesiones del museo neoyorquino una está impresa en papel y en buen estado de conservación y, aunque le faltan dos hojas, "se puede ver la composición de las páginas tal como las veía el inventor", dijeron los expertos.

La segunda copia en papel del museo contiene el Antiguo Testamento en 22 páginas y con un solo tipo de letra, pues, según los expertos, podría haber sido confeccionada con los restos del papel de las imprentas, "como un trabajo de último minuto sobre páginas que faltaban o estaban incompletas". Esta copia se le atribuye a Johann Fust (1400-1466), un artesano que decoró buena parte de las primeras impresiones hechas por Gutenberg en Maguncia y a quien ayudó a financiar las impresiones cuando el inventor de la imprenta estaba endeudado. Dicho ejemplar de la Biblia es muy similar a la que existe en la Biblioteca Nacional de Burgos (España) y, según la Morgan, "son casi gemelas".

La tercera está realizada en papel pergamino, contiene algunas iniciales decoradas y bordes ornamentales, de los que algunos habrían sido eliminados y reemplazados en el siglo XIX con facsímiles, que estaba tan bien confeccionados que (según los expertos del museo) engañaron a más de un erudito incauto. Esa copia de la Biblia de Gutenberg pasó por diferentes manos, pues estuvo a cargo de un artesano alemán del área de Maguncia y cuando la retomó otro, cambió el estilo incluyendo elaboradas iniciales en dorado, motivos botánicos y unos bordes muy complejos que se atribuyeron a un taller de la localidad belga de Brujas.

Además de estas valiosas biblias, el museo neoyorquino exhibe otra de sus adquisiciones: un bellísimo, raro y delicado manuscrito de la época renacentista que perteneció a Claudia de Francia. "Es el manuscrito decorado más importante adquirido por la Morgan en los últimos 25 años", aseveró Griswold de este libro-joya que mide poco más de 5 centímetros y que está ilustrado con 132 escenas de la vida de Jesús, la Virgen María, los apóstoles y numerosos santos. Este manuscrito -cuyo último propietario fue el neoyorquino Alexandre Rosenberg y ha sido donado al centro por su viuda- incluye un ex-libris diseñado por el pintor español Pablo Picasso y se expone junto a otro libro de plegarias que perteneció a otra reina de Francia, Ana de Bretaña, madre de Claudia y esposa de Carlos VIII y Luis XII.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/mayor/coleccion/Biblias/Gutenberg/elpepucul/20080520elpepucul_9/Tes


Dos de los ejemplares de Biblias de Gutenberg expuestos en Nueva York

Dos de los ejemplares de Biblias de Gutenberg expuestos en Nueva York- EFE

jueves, 8 de mayo de 2008

III Jornadas de Creación Literaria en Elda (Alicante), 14-16 julio

Dos de los tres profesores (Elia Barceló y Susana) son amigas mías. Y Somoza, pues qué voy a decir de Somoza: me gusta mucho lo que escribe y cómo lo hace.

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Por tercer año consecutivo se convocan las "Jornadas de Creación Literaria" en Elda (Alicante), 14-16 julio

Con Elia Barceló, José Carlos Somoza y Susana Vallejo

Taller literario de carácter teórico y práctico que pretende estimular el interés por la creación literaria y proporcionar un foro en el que contactar con personas con las que compartir intereses, plantear preguntas y resolver dudas relacionadas con la práctica de la escritura.

Programa: Creación de la realidad suficiente, cómo crear tensión, el tono y el tempo, el principio y final del relato, arquitectura narrativa, creación de personajes...

(30 alumnos máximo)

Más información en uned_elda@hotmail.com

viernes, 2 de mayo de 2008

Laura Gallego en Círculo Fantasy

Como ya sabéis, de un tiempo a esta parte estoy ejerciendo funciones de moderador del foro Fantasy Círculo, que, como su propio nombre indica, es el foro literario que Círculo de Lectores pone a disposición de sus lectores de literatura fantástica.
En el subforo Lecturas compartidas hemos comentado hasta ahora unos cuantos títulos de género, siempre pertenecientes al catálogo de Círculo de Lectores: Los hijos de Húrin, de J. R. R. Tolkien; Vespera, de Anselm Audley; la trilogía La materia oscura, de Philip Pullman (Luces del norte, La daga y El catalejo lacado), y la pentalogía Crónicas de Ámbar, de Roger Zelazny (Los nueve príncipes de Ámbar, Las armas de Avalón, El signo del Unicornio, La mano de Oberon y Las Cortes del Caos). Los próximos títulos que comentaremos son el resto de la colección Hechizos y Espadas (la trilogía Juegos de enigmas, de Patricia McKillip; la trilogía del Vatidico, de Robin Hobb y la trilogía de Corum, de Michael Moorcock), Festín de cuervos, de George R. R. Martin, y La emperatriz de los etéreos, de Laura Gallego.
En cuanto a esta última, introduciremos una novedad con respecto a lecturas compartidas anteriores, ya que será la propia autora quien la inaugurará, con un mensaje de bienvenida y una charla posterior con los usuarios del foro. Ello ocurrirá el próximo día 13 de mayo de 2008, a partir de las 17:30. La duración prevista de esta charla inaugural es de entre hora y media y dos horas, así que no pasa nada si os engancháis tarde; como digo, calculamos que la cosa se prolongará hasta pasadas las siete de la tarde.
Para participar en la charla no hace falta ser socio de Círculo de Lectores; tan sólo hay que registrarse en el foro Fantasy Círculo, crear una sesión de usuario y, por supuesto, tener ganas de contar algo, formularle vuestras preguntas a la autora y leer La emperatriz de los etéreos.
Así que ya sabéis: el 13 de mayo os quiero a todos en el foro Fantasy Círculo. No faltéis.

jueves, 1 de mayo de 2008

Lección de diseño de cubiertas

No os perdáis esta charla sobre diseño de cubiertas de libros. Participan Milton Glaser, Chip Kidd y Dave Eggers. Ya sé que dura más de hora y media, pero aprenderéis y os divertiréis más con esto que con una peli del montón. La anécdota de Chip Kidd con Cormac McCarthy, genial.


sábado, 26 de abril de 2008

¿PODRÁN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS SUSTITUIR ESTE SOPORTE?

El viejo hábito de leer en el baño se acaba de ganar un nuevo aliado en España a través de un componente moderno que se anuncia en el mercado: el papel higiénico literario.
La empresa española Emprendedores lanzó a la venta rollos en los que aparecen impresos clásicos de la literatura mundial que el usuario puede leer mientras cumple con sus necesidades en el trono.
El producto, que se comercializa a través de internet, incluye fragmentos de obras clásicas, teatro, poesía así como de textos sagrados del Budismo y la misma Biblia.
"Hemingway diría que clásico es aquel libro que todo el mundo respeta pero que ninguno lee. Lo que estamos haciendo es llevar los libros a los baños, aproximando la literatura al hombre", dice uno de los dueños de la empresa, Raúl Camarero, para agregar:
"Surge aquí un conflicto interesante: limpiarse el trasero con una obra de arte o el dilema moral que esto representa".
Pero no el Corán
De la Biblia, escogieron pasajes del "Apocalipsis", "El Cantar de los Cantares y Proverbios". De los textos sagrados budistas, fragmentos de "El Libro Tibetano de los Muertos" y "El Sutra del Loto".
Lo que estamos haciendo es llevar los libros a los baños, aproximando la literatura al hombre
Raúl CamareroCamarero y su socio Francisco de Ferrero estuvieron tentados de incluir al Corán, entre sus obras selectas, pero se contuvieron ante una posible reacción de los musulmanes.
"Tuvimos miedo de provocar ira y venganza. Algunos hasta amenazaron con abandonar el proyecto si insistíamos", explicó uno de los empresarios.
La inspiración de este proyecto no nació precisamente en el baño, sino del escenario, más precisamente a partir de un espectáculo teatral.
De la ficción al inodoro
Camarero, quien dirige una compañía de teatro, escribió una obra titulada "Emprendedores", que gira en torno a una empresa que imprme clásicos literarios en papel higiénico.
Surge aquí un conflicto interesante: limpiarse el trasero con una obra de arte o el dilema moral que esto representa
Raúl CamareroTras haber obtenido un premio en el Festival de Teatro de Sevilla, autor e intérprete decidieron transformar la ficción en realidad.
Los fragmentos que imprimen son clásicos de dominio público, por lo que no necesitan pagar derechos de autor. No obstante confiesan que su empresa está abierta a propuestas de nuevos escritores.
En España, los rollos literarios se comercializan a casi seis dólares por unidad y el "lector" tiene la opción de seleccionar los textos y el color de su gusto entre blanco, naranja y rosa.
Si grande, fácil y relajante
Hasta el momento, la mayoría de los pedidos están dirigidos a fragmentos de libros de Federico García Lorca.
"Usamos tipos de letras grandes con suficiente espacio entre las palabras para que la lectura sea fácil y relajante. A veces uno no tiene mucho tiempo en el baño y se siente tentado a usar el papel y no leer. Pero si uno piensa que ese material se va a desperdiciar para siempre....", dice Camarero.
Desde que un programa de la televisión española se ocupó de la original empresa, Emprendedores -que sólo anuncia sus productos en internet- se está volviendo cada vez más famosa en ese mercado.