lunes, 20 de abril de 2009

Las venas abiertas de América Latina


Tuve la suerte de que el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid fuera un nido de marxistas y librepensadores, porque nos enseñaron a pensar y nos inculcaron el gusto por los libros de y sobre historia. Ir a la Cuesta de Moyano durante mis años de estudiante equivalía a comprar a partes iguales libros de ciencia ficción y de historia. En fin, la historia se convirtió para mí en una forma de vida y en una afición.
Uno de los libros más destacados, de los que realmente me marcaron, fue Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano.
Y, por uno de esos milagros que tiene el márketing político, el libro de Galeano ha saltado al segundo puesto en la lista de libros más vendidos en Amazon.com. El motivo ha sido el siguiente: Hugo Chávez se lo ha regalado a Barack Obama en la reciente Cumbre de las Américas. Con que la décima parte de los compradores se lo lean, tendremos una generación de estadounidenses concienciados del nocivo país que sus políticas imperialistas le han causado a sus vecinos del sur; pero también tendremos una generación de latinoamericanos conscientes de cuáles son las raíces internas y externas de todos sus males. En resumen, tendremos decenas de miles de lectores un poco más inteligentes y conscientes de cómo funciona el mundo. Y todo ello, gracias a un libro apasionado y apasionante, que se devora y nos hace pensar.
Si Chávez se lo ha recomendado a Obama ¿cómo no vamos a recomendároslo a vosotros?

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Chávez le regaló a Obama "Las venas abiertas de América Latina"

11:16 | Mundo | El libro de Eduardo Galeano trata del saqueo de los recursos naturales que sufrió el subcontinente latinoamericano.
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Momento esperado. Obama y Chávez se dieron la mano.
PUERTO ESPAÑA, 18 abril (AFP-NA)- El presidente venezolano Hugo Chávez regaló el hoy a su par estadounidense Barack Obama el libro "Las venas abiertas de América Latina", del uruguayo Eduardo Galeano, durante una reunión entre el dirigente norteamericano y los líderes de la Unasur en Puerto España.

Según informaron a la AFP fuentes de la presidencia venezolana, Chávez, cuyo apretón de manos con Obama de la víspera ha dado la vuelta al mundo, obsequió una edición en inglés de este ensayo sobre el saqueo de los recursos naturales que sufrió el subcontinente latinoamericano desde el siglo XV hasta finales del siglo XX.

Este libro sigue siendo una referencia para cualquiera que se interese en América Latina y es citado a menudo por Chávez.

Según fuentes de la presidencia venezolana, los dos mandatarios volvieron a estrecharse la mano este sábado al encontrarse en esta reunión en la que estaban presentes todos los gobernantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), incluido el ecuatoriano Rafael Correa, que llegó a Trinidad durante la madrugada del sábado.

"Obama dijo que estaba muy contento de estar en Puerto España y de celebrar este encuentro", aseguraron estas fuentes.

El viernes por la noche, Obama ya se reunió con los dirigentes de los países del Caribe y el domingo lo hará con los líderes centroamericanos.

Esta cita continental puede servir para entablar un diálogo sobre nuevas bases entre América Latina y Estados Unidos, según los participantes.

miércoles, 1 de abril de 2009

Jubilaciones

Existen muchas buenas editoriales, y algunos buenos editores. Sin embargo, apenas hay editores coherentes e imprescindibles que han marcado una época y, sobre todo, han prefigurado los gustos y (punto al que quería llegar) la manera de pensar y concebir la vida de los lectores. Somos muchos quienes entenderíamos el hecho literario de otro modo si no hubieran existido Jorge Herralde, Beatriz de Moura o Esther Tusquets, y desde luego me considero mejor persona gracias a la lectura en un momento clave de mi vida de los títulos de la Minotauro que dirigiera Francisco Porrúa.
Hablo de ficción, pero también podría referirme a ensayos. Tuve la suerte de estudiar historia en una buena universidad, la Autónoma de Madrid, en el que tal vez no invertí cinco años en tareas productivas como encontrar un empleo provechoso y lucrativo (irónicamente es ahora, quince años después de terminarla, cuando me gano la vida gracias a aquella carrera, corrigiendo sobre todo libros de historia y economía) pero en la que nos hicieron algo casi milagroso: nos enseñaron a pensar. Soy quien soy gracias a las novelas de ciencia ficción que leía en aquella época (de Minotauro, como decía más arriba) y a los ensayos de historia que devoraba a medida que nos los recomendaban o mencionaban en clase. Tuve la suerte de formar parte de un plan de estudios, una época y un departamento en los que no se primaban los apuntes ni la asistencia a clase sino el aprovechamiento, y casi se puede decir que me saqué la carrera sin recurrir a los apuntes más que lo necesario; en su lugar, me leía casi toda la bibliografía recomendada. Y en departamento como el de Historia Contemporánea de la UAM, eso es tanto como afirmar que me leí de arriba abajo el fondo editorial de Crítica y Ariel. Es decir, que soy quien soy, y mejor persona por tanto, gracias al director de Crítica, Gonzalo Pontón.
Francisco Porrúa y Gonzalo Pontón me han hecho como soy.
Y ambos se han jubilado después de que Planeta adquiriera sus respectivas editoriales. Porrúa, hace unos años, y por iniciativa propia. Pontón, al parecer, de manera unilateral, por iniciativa de Planeta. Al menos, eso es lo que se desprende de la siguiente noticia, que extraigo de la edición de hoy de El País. Me he tomado la libertad de escribir bien los nombres de los autores editados por Crítica. Manías de corrector, cabreo de lector.
Sea como sea, muchas gracias, señor Pontón, por todo lo que ha hecho para formar varias generaciones de lectores inquietos, informados, documentados, rigurosos y, sobre todo, mejores personas. Tal como está el sector, todos lo vamos a echar de menos.

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Planeta jubila al creador de la editorial Crítica, Gonzalo Pontón

CARLES GELI - Barcelona - 01/04/2009

El editor Gonzalo Pontón (Barcelona, 1944), fundador en 1976 de la editorial Crítica, uno de los sellos más emblemáticos de historia y ensayo desde la Transición, recogía ayer por la noche los papeles de su despacho después de que el grupo Planeta, accionista mayoritario de Crítica, le comunicara su salida de la empresa por jubilación.

Amén de consejero delegado de Crítica, Pontón ejercía desde enero de 2008 la misma función en Enlaces Editoriales (distribuidora surgida de la división de la mítica Enlace y que reparte los libros de los sellos más exquisitos de Planeta y de su participada Grup 62), donde poseía el 50% de las acciones. Según fuentes del sector, las diferencias de Pontón con algunos de los socios, entre los que está Anagrama, habrían acelerado la decisión.

Hombre de carácter y sólidos conocimientos, Pontón se inició en el sector en 1964 en Ariel, de la que acabó siendo director editorial (1973-1975). Un año después, y gracias al apoyo de otro editor histórico, Juan Grijalbo, fundó Crítica. Con los años, publicaría en este sello a Pierre Vilar, Stephen Hawking, John Kenneth Galbraith y Antony Beevor.

Dentro de Grijalbo llegó a director de publicaciones y, entre 1994 y 1998, fue consejero delegado de Grijalbo-Mondadori tras la entrada de la firma italiana. A los cinco meses de marcharse por "profundas discrepancias en la forma de llevar el grupo", recompró Crítica con la ayuda del Grupo Planeta, a la que vendió el 70%.