miércoles, 12 de septiembre de 2007

La bibliotecaria de Grozni

Texto extraido del periódico digital Diagonal. El artículo está aquí. Es realmente bonito. Y nos ilustra sobre guerras olvidadas o, peor aún, no declaradas. Todos nos preocupamos por lo que sucedió en Bosnia, pero ¿qué hay de los chechenos? Ellos no tienen una comunidad internacional que los proteja.


-----------------

“Iba por las casas destruidas de Grozni y recogía los libros”

Sacita Israilova es la directora de la Biblioteca Central de Grozni, la capital chechena destruida durante las dos intervenciones militares por parte de Rusia en 1994 y 1999. Aún recuerda perfectamente cuando limpiaba los libros agujereados por las balas, valientemente rescatados de los lugares más insospechados. Las dos guerras transformaron drásticamente el papel de las mujeres, encargadas de salir a negociar y de proteger a sus maridos de las limpiezas rusas. La situación actual en Chechenia es desesperada: con un desempleo del 87%, la mayoría de mujeres viven bajo el umbral de la pobreza. Sólo durante la segunda guerra ruso-chechena 6.000 personas fueron desaparecidas y 100.000 familias tuvieron que abandonar el país.

DIAGONAL: ¿Cómo ha llegado a ser directora de la Biblioteca Central de Grozni?

ISRAILOVA: Con 16 años vine a trabajar a la Biblioteca compatibilizándolo con mis estudios. Toda mi vida está ligada a ella. Durante las dos guerras fueron quemados o deteriorados 2.600.000 libros y dos bibliotecarias murieron. Cuando se acababan los bombardeos, la vida se normalizaba y era más o menos seguro salir. Yo permanecí 56 días en un sótano con mi madre y con 14 vecinos y luego salí para ir a trabajar a la Biblioteca. Seis bibliotecas estaban semidestruidas sin un solo libro. En ellas fue donde empecé a trabajar. Con unas cuantas bibliotecarias, por nuestra cuenta, empezamos a reconstruirlas y todavía no hemos terminado. Había muy poca gente en la ciudad y mi trabajo fue el único sentido de mi vida: iba por las casas destruidas, incendiadas y abandonadas por los vecinos y recogía los libros. De este modo recogí los primeros 3.000 ejemplares. La única palabra que escribí sobre una puerta estropeada al establecerse la paz fue ‘Biblioteca’, porque unía a la gente y significaba mucho. Fue todo un símbolo de la paz. Mucha gente me decía que estaba loca.


"Las rusas y chechenas empezamos a hablar” Elena Vilenskaya, activista rusa por los derechos humanos, ha viajado a Chechenia y es amiga de Israilova. “Cuando conoces mejor la cultura del otro pueblo, lo entiendes mejor”, afirma en un perfecto castellano. Sobre la guerra en Chechenia, asegura que ha tenido un impacto nefasto en la sociedad rusa ya que, al tener servicio militar obligatorio, muchos jóvenes murieron en ella, además de los desaparecidos y los trastornos de los supervivientes. Los derechos humanos también se han deteriorado en Rusia: “cuando fuimos al Cáucaso, un oficial nos dijo que utilizaron Chechenia como campo de pruebas para toda Rusia y están utilizando los mismos métodos. También hacen limpiezas”. Vilenskaya trabaja con las madres de soldados en San Petersburgo en torno a la educación secundaria y al gran tabú: el conflicto checheno. “Algunas nos sentimos culpables por estas dos guerras, encabezadas por dos presidentes rusos en nuestro nombre”, relata. “Nuestro principal logro ha sido que las mujeres rusas y chechenas empezamos a hablar sobre nuestros prejuicios, contándonos abiertamente la verdad de nuestras emociones y buscando las causas de nuestros prejuicios y sus soluciones”.

No hay comentarios: